Soy un judío.
¿Es que un judío no tiene ojos?
¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones?
¿Es que no está nutrido de los mismos alimentos, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos remedios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano?
Si nos pincháis, ¿no sangramos?
Si nos cosquilleáis, ¿no nos reímos?
Si nos envenenáis, ¿no nos morimos?
Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?
Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso...
- Shakespeare
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